domingo, 2 de noviembre de 2014

Edificios Bioclimáticos

Por suerte hay cada día más personas interesadas en la ecología, el cuidado del medio ambiente y las prácticas sustentables. En este sentido, he descubierto con asombro y alegría que existe la llamada “arquitectura bioclimática”. Se trata de una especialización dentro de la arquitectura cuyo principal objetivo consiste en que el edificio que se construya esté optimizado de tal manera que sus habitantes realicen un uso eficiente de la energía y, por supuesto, de los recursos en general, siempre poniendo énfasis en la calidad de vida de los habitantes de esta construcción.
En este sentido, un punto crucial es el consumo eléctrico. Partiendo de esta cuestión, el ahorro de energía es una de metas principales de los arquitectos bioclimáticos ¿Sabías que se puede reducir el consumo de energía a través de numerosas formas? Por ejemplo:
  • Instalando equipamientos eficientes que consuman poco
  • Incentivando el uso de energías renovables como el viento
  • Concientizando a los usuarios sobre las consecuencias del consumo irracional de agua o de otros recursos
  • Implementando diseños ecoeficientes
En definitiva, gracias la arquitectura bioclimática, los profesionales logran colaborar con muchos problemas que tiene hoy nuestro planeta. Está comprobado que con estos edificios se reducen los problemas medioambientales que están relacionados con la emisión de CO2 y otros puntos clave como el famoso efecto invernadero.
Ya lo sabés: los edificios bioclimáticos permiten que las personas que lo habiten gasten menos en gas, agua, luz y otras cuestiones, al tiempo que aprovechan de la mejor manera los recursos naturales, por ejemplo, la luz solar.

Más información otorgada por Gabriel Marinozzi

Los arquitectos e ingenieros especializados en la edificación de estas construcciones tienen en cuenta muchas variables. Es por eso que si la edificación está bien hecha, se puede alcanzar un ahorro de energía convencional que ronde el 60%. Claro, esto tiene aún más sentido si te agrego que no se incluye sobrecosto en el precio de la construcción, ya que se utilizan técnicas específicas. En pocas palabras: el costo de construcción de un edificio bioclimático puede ser el mismo que el de un edificio que no cuente con esta característica.
¿Cuáles son los secretos de estos edificios? En realidad, no hay demasiados misterios. Los arquitectos antes que nada privilegian la orientación del edificio, ya que esto impacta directamente en la cantidad de horas de luz solar que se recibe a diario y en la temperatura del edificio. Entonces, se aprovecha la energía solar al máximo. Obviamente se toman los recaudos necesarios para que el edificio no sea un lugar extremadamente caluroso en verano. Además de que haya sistemas de ventilación y refrigeración que son más sustentables que otros.
Otra idea es utilizar materiales reciclados y también aquellos que sean reciclables. Adicionalmente, hay que tener en cuenta aspectos sensibles como el intercambio de humedad entre el edificio y la atmósfera, para evitar problemas que pueden ser un verdadero dolor de cabeza.
Si bien yo no soy arquitecto, me encantan estos temas ya que puedo ver como distintas disciplinas están abordando la cuestión ambientalista. Yo soy Gabriel Marinozzi, un humilde servidor que escribe estas líneas para tratar de que más personas se unan a esta movida mundial que tiene que ver con tomar conciencia sobre los peligros a los que está expuesto el planeta, y por ende, todos los que vivimos en la Tierra. Mi objetivo es hacer de este lugar un sitio mejor para que vivamos felices nosotros, la flora, la fauna y, por qué no, no minerales y los otros abióticos.
A lo largo de mis publicaciones abordo temas vinculados con la ecología, siempre con ganas de sumar y concientizar a quien quiera aprender y adoptar costumbre sustentables con el medio ambiente.

Cómo Hacer para Ahorrar Agua en el Trabajo

A lo mejor uno no toma conciencia de pequeñas cosas de la vida cotidiana que, si se suman en todo el año o en el volumen de personas que implementan esta rutina, uno puede darse cuenta del impacto que tiene en el medio ambiente. Por ejemplo, en los edificios de oficinas y en las empresas en general existe un gran potencial para ahorrar agua. O dicho en otras palabras: Quizás actualmente se está derrochando mucha agua porque los empleados no implementan las prácticas correctas.
Si se reflexiona acerca del uso del agua vamos a darnos cuenta que la consumimos a cada rato: cuando estamos en la cocina, en el baño, y lógicamente cuando la bebemos. También cuando se limpian los pisos y el edificio o la empresa en general ¡Ahora ya sabés que estoy hablando de millones de litros de agua!.
¿Sabías que se ha demostrado científicamente que si se disminuye el consumo de agua también se logra una reducción de dinero en las tarifas de agua (como servicio público), pero también de electricidad, combustible, vasos, detergentes y otros productos de limpieza?

Todos tenemos que cambiar de actitud, eso dice Gabriel Marinozzi

Nosotros, como personas, tenemos que tomar un rol activo. No solo en la empresa sino también en nuestras casas con el firme objetivo de utilizar agua en su justa medida. Acá te paso algunas pautas para que chequees:
  • Fijate cómo están funcionando las griferías porque si pierde una gota de agua y eso sucede en forma constante, en realidad estamos derrochando miles de litros al año. En este sentido se sabe que una sola gota por segundo que se pierde equivale a unos 1.200 litros por año.
  • Cerrar bien los grifos, porque a veces funcionan correctamente pero nosotros cometemos el error de no cerrar bien las canillas.
  • Utilizar el agua en su justa medida. Por ejemplo, cuando se lavan los vasos de la oficina o la casa no dejar el agua corriendo mientras uno suspende el lavado por unos instantes para atender el teléfono u otra actividad.
  • No utilizar el inodoro como si fuese un tacho de basura o una papelera, porque esto hace que uno sin darse cuenta presione el botón más seguido, o sea, que aumenta el consumo de agua. Esta costumbre también evita roturas y taponamientos. En su reemplazo se pueden utilizar cestos de basura.
  • En las empresas, lo que se aconseja es instalar las canillas que vienen con dos pulsadores, ya que permiten reducir el consumo de agua hasta en un 70 por ciento comparado con las griferías tradicionales.
  • Cuando hay dispenser, muchas veces los empleados renuevan los bidones antes de que estén totalmente vacíos. O sea que mi recomendación es esperar hasta que se consuma la totalidad del agua para no desperdiciar líquido potable.
  • Instalar inodoros con doble botonera: una que dispara poca agua para utilizar en caso de orinar, y otra con un botón más grande, que se utiliza para que propague una mayor cantidad de agua. A esta se la utiliza cuando se requiere que se vayan los sólidos.
Soy Gabriel Marinozzi, un argentino apasionado por el bienestar y la naturaleza. Mi objetivo es educar a todos los que quiera saber más sobre el medio ambiente para cuidar el planeta. Mi meta es que mejoremos nuestra calidad de vida y que le dejemos a nuestra descendencia un espacio confortable. Y me refiero no solo a las personas, sino también a todos los seres vivos que habitan la hermosa Tierra. Aquí estoy para aportar mi granito de arena. Espero que te gusten mis comentarios y publicaciones.

¿Por qué no convertís tu terraza en un jardín en altura?

Si vivís en un pueblo o ciudad de poco tamaño quizás no te des cuenta que el cemento está avanzando a gran escala, mientras que los espacios verdes disminuyen paulatinamente su presencia. Sin embargo, aquellos que vivimos en grandes urbes como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba Capital o Rosario, por mencionar solo algunos casos, ya entendemos que tenemos que tomar cartas en el asunto.
Esta tendencia, que obviamente está presente a nivel mundial puede empezar a revertirse de a poco. ¡Y la buena noticia es que cada uno de nosotros puede implementarlo en su propio hogar! Si, como lees. Te doy una idea que se llama terraza verde o jardín en altura.

Aprovechá el techo de su casa, un consejo de Gabriel Marinozzi

Si hay que ganarle terreno al cemento, ¿por qué no utilizar el techo?. Está comprobado que las terrazas representan una enorme cantidad de metros cuadrados que no se están aprovechando. Sin embargo, podrían ser una alternativa espectacular para implementar acciones sustentables y ecológicas ya que en estos lugares que se encuentran en algunas casas y edificios pueden armarse hermosos espacios verdes, con pastito y, por qué no, plantaciones de verduras…en otras palabras: ¡una huerta en altura!.
O sea: Si la arquitectura del edificio lo resiste (por favor antes de plantar cosas en el techo hay que consultar a un arquitecto o especialista), es posible aprovechar la terraza total o parcialmente cubriéndola de vegetación para el consumo personal o también con una meta ecológica, porque aumentará la cantidad de espacio verde en la ciudad, aunque sea a metros del piso.
Las ventajas de esta idea son muchísimas. Por ejemplo, si se adopta en un edificio de oficina, los empleados pueden contar con este espacio verde para tomar aire fresco, almorzar y hasta descansar. A nivel edilicio, los especialistas afirman que estas terrazas posibilitan la reducción de la temperatura de la construcción durante los meses de verano. Por este motivo, muchas organizaciones pueden disminuir el consumo eléctrico proveniente del uso de los aires acondicionados y, junto con esto, se reducen las s emisiones de gases, algo que impacta directamente en el efecto invernadero. Por otra parte, los ingenieros indican que los techos ecológicos retrasan el escurrimiento del agua cuando llueve. Como si todo esto fuera poco, está claro que al aumentar la cantidad de verde en la ciudad, mejora la calidad del aire que todos respiramos.
En el techo de mi casa monté una huerta con excelentes resultados. Incluso está creciendo mi producción de tomates, calabazas y morrones. O sea: No solo le pongo mi granito de arena a esta cuestión ambientalista, sino que ahorro en la verdulería y como vegetales sin pesticidas.
¿Querés más motivos para pensar en esta opción? Las ventajas de los jardines verdes también son: mejor aislamiento acústico del hogar ya que se logra una reducción eficaz del ruido que viene de la calle, comparado con un techo “normal”, de cemento. Además, se ha comprobado en distintas partes del mundo que los techos mejoran su vida útil porque “el verde” los protege de factores perjudiciales como la radiación UV, el ozono (que cada día es más intenso), y las fluctuaciones extremas de temperatura.
Si querés saber más sobre este tema, podés buscar en Internet googleando la palabra “green roof”. Y lógicamente, si tenés dudas quizás pueda ayudarte. Soy Gabriel Marinozzi, un apasionado de la naturaleza, los viajes y el cuidado del medio ambiente. Por todo esto, te digo que en Alemania, México y Brasil ya están implementando estas terrazas hace años ¿Qué esperás para sumarte a esta movida tan sencilla como efectiva?.

Gabriel Marinozzi, El Ecologista

Si preguntan cómo pueden definir a Gabriel Marinozzi creo que en una sola palabra se puede hacer porque SOY ECOLOGISTA.

¿Pero de qué estamos hablando cuando hablamos de ecología? Pensemos: estamos ante una rama que surge de la biología, y que a nivel científico se ocupa de estudiar las relaciones entre los abióticos y bióticos.

Sin embargo yo no hago eso. Porque también somos ecologistas aquellos que formamos parte de comunidades o movimientos ecologistas. Para los que no están muy al tanto, en el mundo hay miles de organizaciones de este tipo. También hay algunas que son muy pequeñas, otras muy inmensas. Incluso están los que se especializan en algo, por ejemplo, la preservación de un animal. También están por supuesto las ONGs que todos conocemos como Greenpeace.

Algo típico es que los políticos se hagan llamar “ecologistas”: algo que a mí me indigna bastante. Yo, Gabriel Marinozzi, soy ecologista porque desde que me levanto hasta que me acuesto tengo prácticas sustentables: separo la basura, trato de comer lo que cultivo, no mato insectos, no uso desodorantes en spray y muchas cosas cosas. Dedico mucho tiempo a leer sobre alimentos transgénicos y no quiero que nadie sufra en este planeta, incluyendo plantas y animales.

Entonces: los ecólogos (que vienen de la biología) no somos los ecologistas. Y está claro que yo soy lo segundo.

No es Moda

Yo se que a veces estos temas se imponen en los medios de comunicación como una moda: “Salvemos a las ballenas”; “liberemos a los monos”; “no a la caza furtiva”, y ese tipo de lemas. Todo eso está muy bien, pero creo que hay que empezar por casa. No usar productos que no sean biodegradables, usar poca agua, y así las cosas empezarán a cambiar.

¿Cómo me hice ecologista? No lo se. Estudié en colegios públicos desde jardín de infantes, hasta la universidad, ya que estudie en la Universidad de Buenos Aires. Y acá ecología se veía en materias como biología, pero muy por arriba. Creo que los colegios deberían enseñar más al respecto, porque cuando estás prácticas se adoptan desde la niñez es más fácil implementarlas.

Asi que ya saben: Si quieren que los pequeños aprendan sobre ecología y medioambiente, Gabriel Marinozzi está a su disposición. Creo que tengo buena onda con los peques y que a ellos yo les caigo muy bien. Hago chistes, les hablo de respetar al prójimo de cuidarnos entre todos.

Hace un tiempo di una charla en un colegio primario y la gente quedó muy conforme: “Gabriel Marinozzi es muy simpático y explica utilizando casos prácticos y un lenguaje muy llano”, se dijo por ahí. Yo, orgulloso. Por suerte cuento con el apoyo de mi familia. Mis padres y hermanos siempre me impulsaron con este proyecto y aquí estoy, tratando de salvar al mundo.

¡Pero solo no puedo! Además, entre muchos es más divertido. Me encantan las anécdotas de rescatistas, las historias vinculadas con la naturaleza y todo aquello que tenga que ver con la preservación del medio ambiente. No puedo soportar la idea de que alguien arme un incendio en un bosque por apagar mal un cigarrillo.

Las drogas, el alcohol, el vivir sin ideales y el “vegetar” son mis enemigos. Por el contrario: amo la naturaleza, el bienestar, los viajes y el compartir con los demás este regalo que nos da Dios, que se llama VIDA. Por eso, soy muy exigente al momento de hablar de la Tierra. De verdad, no exagero. Si no la cuidamos, nos vamos todos al tacho.